viernes, 2 de julio de 2010

El Tango



La danza surgió de modo improvisado, pero desde sus comienzos fue decisiva para el tango. Es un baile muy personal y sugerente que se apoya en el ritmo, a diferencia de la música que se basa en la melodía. Otro rasgo singular es que, cuando se baila tango, mientras las piernas dibujan figuras en el piso, el torso marca un movimiento diferente.
En sus comienzos emulaba algunos pasos del candombe y las parejas, en lugar de acercarse, se distanciaban al compás.

El compás del tango es cuatro por ocho y para bailarlo sólo basta con caminar este núcleo básico de cuatro pasos al compás. Después se le pueden agregar figuras, pero lo principal para ser un buen bailarín es "caminar el tango" y eso significa dentro del compás.
El tango es de suave ondulación, con ritmo acompasado y atrevido. No se baila a voluntad y con rigidez.
Al poco tiempo de ser conocido, los compadritos lo llevaron al barrio de Corrales viejos y el tango irrumpió en los piringundines donde ya se bailaba la tradicional milonga. Ahí se armaban las verdaderas fiestas y varios eran conocidos por sus buenas milongueras, como "la" Carmen Gómez, que bailaba en un tugurio cercano a la antigua plaza de Lorea.

Los que bailaban tango eran los más taura, valientes y diestros, no sólo con los pies, también con el cuchillo.
Se aprendía a bailar tango a puro ensayo y error y se practicaban los pasos para mostrar en público. Después, el aprendizaje pasó a la familia y, por los años sesenta, los padres enseñaban a sus hijos, los hermanos mayores a los menores y se ejercitaban entre primos o tíos.
Vivencia intransferible del cuerpo. Magia en el encuentro, en el alma no hay más lugar que para el tango milonguero. Que no quede viruta en el piso de la academia, brilla el charol siguiendo el compás. Ciñendo el talle y mirándose a los ojos, así se baila el tango, sentido y pasional.

En 1904, Casimiro Ain y su mujer se lucieron en el teatro Ópera como bailarines de tango. Le siguieron eximios bailarines como Ricardo Güiraldes, Florencio Parravicini, Jorge Newbery, Benito Bianquet y Tito Lusiardo, entre los más antiguos.
Gracias a la danza, el tango resurgió en 1913 después de su primera crisis, cuando triunfó en París y apareció Rodolfo Valentino en una escena de baile en la película "Los cuatro jinetes del Apocalipsis". También experimentó un nuevo impulso en 1985, cuando la compañía Tango Argentino, integrada por Juan Carlos Copes y María Nieves, Nélida y Nelson, Gloria y Eduardo, Mayoral y Elsa María, Virulazo y Elvira, María y Carlos Rivarola y los Dinzel, triunfó en Broadway con un espectáculo memorable. Creado y dirigido por Claudio Segobia y Héctor Orezzoli se presentó en todo Estados Unidos y Europa y permitió que el tango se luciera como un espectáculo artístico internacional.
El que fomentó el paso del tango de los pies a la voz fue Carlos Gardel cuando, en 1917, entonó el primer tango canción "Mi noche triste". Pero esa es otra historia.

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